Viajo por las letras con la maleta llena de libros. Escribo novelas y relatos, pero si me siento poética la lleno de poesía o de lírica. Soy "cuentista". ¡Otros van más allá e incluso publican mis historias! Os deseo un paseo agradable por mi blog. Mis trabajos están registrados, podéis usarlos citando la procedencia y sin alterar su contenido, siempre y cuando se utilicen para actividades sin ánimo de lucro.

jueves, 24 de marzo de 2016

Rosalía y su extraña libertad

Os presento la revista actual de "Territorio de escritores",  aquí encontraréis poesía y relatos.
El mío, "Rosalía y su extraña libertad"  se encuentra en la tercera página.
Deseo que os guste.

Rosalía y su extraña libertad.

Mientras realizaba las tareas del hogar, Rosalía escuchaba música clásica y soñaba con salir de aquel maldito pueblo. Cada mañana preparaba seis camas,con sus seis colchones de lana. En la cocina le aguardaba la recompensa, una taza de leche caliente, recién ordeñada, junto a una enorme fuente de tostadas con azúcar que su madre preparaba para todos. Camino del colegio se encontraba con la misma gente. Rosalía soñaba con un príncipe que la llevara fuera de aquel maldito pueblo. Quería desayunar fresas, no hacer camas...Cerraba los ojos y escuchaba a Chopin, sus amigas la llamaban rara. 
Una noche llegó la policía a casa, no entendió el porqué de algunas situaciones de la época, mas alguien preparó su maleta sin dilación. A las cuatro de la madrugada partió de viaje hacia la casa de una tía suya, que vivía en la ciudad. Llevaba consigo un beso de su madre, la maleta y a su hermano pequeño cogido de la mano, temblaba de miedo. 
— Cuídale, Rosalía, es muy pequeño, -rogaba su madre.
Ella sólo tenía 13 años.
Encontró una nueva vida lejos de aquel maldito pueblo. En la ciudad, unos años después, conoció tipos ricos que la admiraban por su belleza, mas ella, mujer inteligente, deseaba que la valorasen no sólo por sus piernas y sus ojos verdes que resaltaban entre sus pecas y el pelo negro, sino por sí misma. 
Alguien le regaló un violín y una partitura que aprendió de memoria.
Siempre tocaba la misma melodía, le recordaba su casa al amanecer agitando colchones de lana, mientras en la radio sonaba Chopin; aún percibía el olor a tostadas recién hechas y recordaba a la gente que cada día, la saludaba camino del colegio. ¡Como deseaba regresar a su casa!, a su hermoso y querido pueblo; añoraba la libertad de pasear por sus calles camino de la escuela.
Su violín sonaba alto y fuerte, impedía escuchar el sonido de los llantos que el viento traía de su hogar. ¡Siempre aquel maldito viento!
Sentía como su mundo caía, como se desmoronaba bajo sus pies sin piedad. 
Sin libertad.

María Teresa Fandiño Pérez 
20/03/2016
Derechos reservados

10º Reto Anónimo Mensual




                                                         10º Reto Anónimo Mensual


sábado, 12 de marzo de 2016


Gaviota loca

Ante mi casa te encuentro
siempre atenta a las migajas
que se encuentran en el puerto.
Desde el trabajo, entre cajas,
te encuentro como un hambriento
con las manos en la masa.
Tras los barcos, y a su encuentro
te acercas muy de mañana.


¡Gaviota alocada
tras los barcos!, sueño
contigo de noche, graznas,
y tras mi ventana
un cerrojo viejo.
Me miras con mala cara.

Me admira tu lindo cuello
y al abrir tu grandes alas
esbelta muestras de nuevo
tu elegancia, tus miradas
de un ave cruel, crimen, duelo
muerdes con muy mala saña.
Tu pico aparece al vuelo
y pescas con artimañas.

¡Gaviota alocada
tras los barcos!, sueño
contigo de noche, graznas,
y tras mi ventana
un cerrojo viejo.
Me miras con mala cara.

María Teresa Fandiño.
13/03/2016
Fotografía tomada de la red





viernes, 11 de marzo de 2016

Me cegó la luz de tus estrellas Revista digital Gealittera

Me cegó la luz de tus estrellas


Un día quise volar, ¡lo deseé con tanta vehemencia, con tanto amor!
Me embrujó la luz de tus estrellas. Pregunté y me dijeron que estabas en el cielo. Cerré los ojos y soñé contigo. Y con ellos cerrados, suplicando, me elevé hacia ti lentamente. Llegué a las nubes, jugué con ellas y, mecidas por el aire, me balanceaba. El sol ardía, me resguardé bajo una sombrilla de colores y, por momentos, en sus nieblas para refrescarme.
La noche acudió y pude verte. ¡Creí morir!
Sin poder dejar de observarte ni un segundo, llegó el alba... Después de unos días, y unas cuantas noches en vela, mirándote, las nubes comenzaron a moverse; viajaban hacia otras tierras y, a través de los huecos que surgían entre ellas, conocí paisajes, mares, montes, caminos, lugares y personas irrepetibles. Durante la noche me recostaba sobre ellas, me acunaban, me adormecía y me sentía bien.
La luna me miraba en marfil, me embrujaba como queriendo besarme.
Tú siempre estabas ahí, sentada en tu silla de reina y tu corona sobre tu cabeza. Pude observar tus cinco estrellas más brillantes. Ellas nunca se separaban, parecían estar sujetas por un cordoncillo.
Brillaban como nunca las había visto, tan cerca y tan lejos.
Reconocí en mí la fuerza y el poder.
En pie sobre las nubes sobrevolé las montañas, observé pequeños pueblos nevados. Los picos de tu corona me guiaban, señalaban norte.
Cruzábamos sobre el fiero océano cuando lo visitó el diablo. Juntos, el maligno y Lucifer, arrasaban las pequeñas aldeas de la costa con la fuerza de mil demonios. Las nubes se enfurecieron, comenzaron a pelearse unas contra otras, rayos y truenos. Me asusté, mas tú siempre estabas sobre mí, con tu M de madre y tus luces encendidas.
Un avión de pasajeros cruzó las nubes a mucha velocidad, algunos de ellos me vieron y se sorprendieron, los niños reían. ¡No todo el mundo puede volar y surfear por el cielo!, me vapuleó. Me entró vértigo y perdí el equilibrio, extendí los brazos para sujetar mi caída. Desperté en mi cama sujeto al suelo. Sé que no fue un sueño, ¡tal vez un milagro! Volé más allá del imposible, cerca del universo.


Deseaba llenarme de tu luz radiante, de tus colores. Casiopea, inundas mi cielo con tus destellos.


María Teresa Fandiño Pérez

A Coruña, España
15/01/2016
Fotografía de Revista Gealittera

http://revistagealittera.blogspot.com.es/