Él abrió la puerta con sumo cuidado y recorrió el apartamento despacio, en silencio, de puntillas y como a cámara lenta; llegó buscando venganza. Sin embargo, ella, que lo había intuido, escapó como chiscando los dedos; salió de la ducha y aun mojada, se colocó una camiseta larga color verde; olvidó recoger el bolso, las llaves, el móvil...Salió por la puerta de atrás, a esas horas todos dormirían; esperaba encontrar las escaleras pero encontró el vacío; brillaba el sol. Muy despacio y de puntillas, caminaba sobre las nubes vestida de color esperanza; su camiseta húmeda secó al instante, el sol abrasaba.
Gritaba socorro, entre tantolas palomas la observaban sin poder hacer nada.
Él la aguardaba en tierra indeciso, con cara de lástima pero satisfecho, merecían morir las madres que devoran a sus hijos; su venganza hubiera sido amarga.
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