Viajo por las letras con la maleta llena de libros. Escribo novelas y relatos, pero si me siento poética la lleno de poesía o de lírica. Soy "cuentista". ¡Otros van más allá e incluso publican mis historias! Os deseo un paseo agradable por mi blog. Mis trabajos están registrados, podéis usarlos citando la procedencia y sin alterar su contenido, siempre y cuando se utilicen para actividades sin ánimo de lucro.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Testigo de un naufragio


De niños, mi hermano y yo, vivimos en un lugar
donde el sol se esconde.
La luna, tras las nubes, le aguarda
y, la muy celosa, sabiendo que el rey ama la mar,
sale presurosa.
A su encuentro, cada noche, hermosa
y como gata en celo, brilla radiante
buscando ser su esposa.

De niño soñé que, tal vez, un día
la marea me llevaría a un lugar lejano,
donde la brisa
sea templada y la mar más tranquila.
Soñé que mi barco, el que me regaló mi hermano,
me llevaría a donde él me aguarda. Sin prisa
navegaríamos, mi hermano y yo, en un barco
de vela que le regalaron un día
un día que está muy lejano
un día cualquiera, antes de que ocurriera
aquella llamada del infinito abismo,
Allí le acompañan las estrellas, lloran
las nubes y regañan los dioses, truenos, rayos, barcos
que surcan los cielos a través de osas, que moran
en ellos. 

Y el mar, testigo del sufrimiento
ruge, cual monstruo vivo
canta cual sirena enloquecida
a bocanadas se come la vida
a bocanadas, sin un lamento
a bocanadas, a manos llenas, a veces parece llorar
son cantos de sirenas, buscan barcos para naufragar.

María Teresa Fandiño Pérez
Derechos reservados
26/08/2015
Fotografía tomada de la red - google




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