Muero por verte , de María Teresa Fandiño
Me enamoré de ti a primera vista, de tu mirada penetrante como la luz de tu sol; de tu boca, cantos de ángeles celestiales, como las campanas de tus tres mil Iglesias al unísono. De tu olor, hueles al perfume de tus flores en las grandes plazas. Me enamoré de tu cuerpo esculpido, en figuras de grandes romanos provocadores de pasiones. De tus grandes y anchos hombros, cuando me meces en mi cuna y en mi historia.
Mas revivo en tu fiesta mi muerte, como cristiana despedazada por leones. Allí, en el centro del circo me parece ver el dedo de Calígula girar hacia abajo, “muerte a los cristianos”
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